Los Juguetes No Tienen Género

¿Cuál es el impacto de los juguetes en la crianza y educación de los niños? Itziar Gómez, consultora en diversidad e inclusión, cita en un post un estudio del Geena Davis Institute on Gender in Media que revela que el 71% de los niños temen ser ridiculizados por jugar con juguetes asociados tradicionalmente al género opuesto. Este miedo refleja la persistencia de estereotipos de género obsoletos que limitan el desarrollo y la expresión infantil. Itziar además destaca que los juguetes son oportunidades de aprendizaje y desarrollo, y limitarlos por género priva a la infancia de habilidades esenciales. Por último invita a elegir regalos, promoviendo un mundo más justo, equitativo e inclusivo donde los niños puedan jugar y crecer sin restricciones de estereotipos de género.

¿Cómo se perpetúan los estereotipos y roles de género a través del juego?

Las personas adultas somos las que ponemos género a los juguetes y hacemos que elijan unos u otros en función de lo que creemos que más les van a gustar o que más en concordancia estarán con su género.

Además, se utilizan empaquetamientos y colores en los juguetes que ya designan para qué género han de ser. Para los niños hay más coches, héroes de acción y juguetes de animales, ciencia, acción o aventura. En cambio, para las niñas, hay más muñecas, manualidades o juguetes que simulan trabajo doméstico. Este tipo de juguetes perpetúa una educación sexista, basada en roles tradicionales, y tiene como resultado estereotipos de género sesgados.

En este sentido, se potencia que los niños sean más agresivos, dominantes o tengan mejor actitud para la ciencia o las matemáticas. Por el otro lado, este patrón hace que las niñas tiendan a ser más sensibles y tiernas, escojan trabajos de cuidado, sean más miedosas y pasivas. Además, con las niñas ocurre otra cosa muy preocupante. Desde pequeñas tienen a su disposición juegos sobre maquillaje y sobre moda, lo que sumado a los cuerpos extremadamente delgados de las muñecas está ocasionando que los trastornos de la conducta alimentaria comiencen cada vez a edades más tempranas.

Cómo evitarlo

Si lo que queremos como padres y madres es evitar que estos roles sexistas se sigan perpetuando, debemos estar alerta a los juguetes que se compran a los pequeños. Debemos recabar información sobre ese juguete e informar a familiares y amistades de nuestra decisión. Este es un buen primer paso para comenzar con nuestra tarea coeducativa. Para ello es importante tener en cuenta:

  • Si el juguete en cuestión arrastra estereotipos tradicionales es mejor que lo descartemos.
  • Olvidémonos de pensar en rosa y azul. Hay una paleta inmensa de colores que no tienen esa carga de género y de la que igualmente podemos disfrutar.
  • Ofrecer otras opciones como juguetes unisex y cooperativos que no fomenten la diferenciación ni la violencia.
  • Cuanta más diversidad y riqueza haya en casa, más oportunidades de aprendizaje estamos proporcionando a nuestros pequeños.
  • Promover tanto el ejercicio físico como el trabajo manual.
  • Fomentar el acceso a niños y a niñas a los juegos que tradicionalmente han estado asignados al otro género.
  • Elegir juegos con un envoltorio neutral, sin colores sexistas y, si aparecen personas, que sean de ambos géneros.
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